La transformación digital permite a las empresas diseñar procesos de mantenimiento de activos de una manera mucho más eficiente. A medida que la transformación digital avanza dentro de las empresas, todas las áreas de operaciones se ven afectadas, incluida la gestión de mantenimiento. Para mantenerse competitivos, los gestores de activos necesitan saber cómo estas transformaciones afectarán y potencialmente mejorarán las formas en que las compañías administran sus activos.

La digitalización de la gestión de activos abarca todos los elementos del proceso de gestión de activos, incluida la programación del trabajo, la gestión de suministros, identificar problema inminentes, capturar datos precisos y oportunos, y poder analizar esos datos a medida que se procesan, así como en el futuro, para identificar tendencias y patrones de comportamiento de las máquinas.

Mantenimiento de la gestión de activos

El mantenimiento dentro de la gestión de activos es visto como una ventaja competitiva. El mantenimiento garantiza que el rendimiento sea óptimo, que las incidencias sean mínimas y que el rendimiento pueda orientar al equipo hacia un desempeño más eficiente.

En el pasado, el objetivo principal del departamento de mantenimiento era realizar reparaciones cuando el activo no estaba en funcionamiento y garantizar que un problema se resolviera de forma rápida y eficaz. Hoy en día, el mantenimiento influye en todos los aspectos de la eficacia y el riesgo empresarial, la seguridad, el medio ambiente, la eficiencia energética, los costos, la calidad del producto y el servicio al cliente.

Una adecuada gestión del mantenimiento, teniendo en cuenta el ciclo de vida de cada activo físico, debe cumplir con los objetivos de reducir los costos globales de la actividad productiva, asegurar el buen funcionamiento de los equipos y sus funciones, disminuir al máximo los riesgos para las personas y los efectos negativos sobre el medio ambiente, optimizando el proceso del ciclo de trabajo de mantenimiento en todas sus fases:

  • Fase de identificación de trabajo: entender el problema y la solución requerida y asignar una prioridad adecuada para la ejecución del trabajo.
  • Fase de planificación: ahora que el trabajo ha sido identificado y priorizado, el trabajo deberá planificarse adecuadamente.
  • Fase de programación: registrar y asegurar que el trabajo esté programado y completado en un período de tiempo determinado.
  • Fase de ejecución de trabajo: con la planificación y programación de los trabajos se pretende que durante la ejecución sea más fácil realizar el trabajo.
  • Fase de terminación de trabajo: asegurarse de que cuando el trabajo se haya completado, las órdenes de trabajo registren toda la información relevante que es necesaria para apoyar las necesidades y objetivos de la empresa.
  • Fase de análisis: búsqueda de oportunidades de mejora, apoyados en los datos históricos de los resultados de la ejecución.

Últimamente, estamos viendo un gran cambio de enfoque reactivo a preventivo para el mantenimiento de activos, ya que la necesidad de disminuir el costo general de las operaciones para seguir siendo competitivos en el mercado es más alta que nunca.

Cómo la transformación digital mejora el proceso de mantenimiento de activos

Los equipos generan una gran cantidad de información a través de las estrategias de mantenimiento predictivo, preventivo y proactivo que supera la capacidad de análisis del ser humano. Por eso, se hace necesario la combinación de los indicadores técnicos y financieros con el uso de tecnologías como IoT, Big Data o inteligencia artificial, que suponen una indudable fuente de competitividad para las industrias. A través de la digitalización y del uso de plataformas conectadas, estas ofrecen soluciones más adaptadas a la demanda, al tiempo que permite reducir costes y tiempos de producción.

La tecnología digital presenta algunas ventajas inmediatas que pueden ayudar a descubrir ineficiencias y mantener bajos los costos de mantenimiento como:

  • Control de los retrasos: al retrasar el mantenimiento preventivo, se gastará más dinero en reparaciones. Con el uso de la tecnología es posible una mayor visibilidad de los problemas y de las tareas que deben realizarse, lo que hace que los trabajos atrasados sean difíciles de pasar por alto y reduce, además, la cantidad de órdenes de trabajo sin resolver.
  • Solución de problemas de manera eficiente: reparar o reemplazar un activo sin una base de datos de información sobre el equipo en cuestión puede ser una pesadilla. Una plataforma digital permite que el equipo de mantenimiento analice datos detallados para descubrir qué activos deben repararse y de qué forma y cuándo es más rentable invertir en un equipo nuevo.
  • Mantenimiento predictivo: la transformación digital permite a las empresas diseñar procesos de mantenimiento de una manera mucho más eficiente. Esto es muy importante, ya que el 70 por ciento de los costos operativos totales de maquinaria y otros bienes se generan durante la fase de servicio.
  • Reducción del consumo de energía: la tecnología digital permite cumplir con los cronogramas de mantenimiento y mantener los sistemas y equipos en condiciones óptimas al mismo tiempo que limita el impacto de éstos en el medio ambiente.
  • Trabajo remoto: el telemantenimiento consiste en llevar a cabo algunas operaciones en lugares remotos, en los que el personal de servicio en el sitio transmite toda la información relevante a la mesa de soporte o al centro de servicio al cliente, agilizando la solución de los problemas y reduciendo costes de desplazamiento.
  • Realización de inventarios digitales: el inventario digital evita pedidos duplicados e identifica piezas no utilizadas que podrían devolverse para un reembolso.

Sin embargo, más allá de las ventajas directas del uso de la tecnología, debemos tener en cuenta que la transformación digital es un proceso de cambio que involucra a toda la empresa y que permite integrar el uso de la tecnología en la estrategia global de la compañía. Esta transformación afecta tanto a la organización y a las personas como a los procesos, y debe aplicarse en todas las áreas, incluida la gestión y mantenimiento de los activos.

En el ámbito de los recursos humanos, la transformación digital va a promover un cambio cultural que afectará también a los gestores técnicos, dotándoles de conocimientos y habilidades tecnológicas imprescindibles para la mejora de sus áreas y la integración con el resto de sistemas de la empresa. Este cambio de mentalidad va a promover también una empresa más abierta, compartiendo información de manera transversal y de abajo a arriba, que ayude a los gestores a comprender mejor las implicaciones de su actividad y a disponer de información útil para una planificación y ejecución del mantenimiento más eficiente y adecuada a los objetivos de la empresa.

En el aspecto más tecnológico, la implantación de sistemas más abiertos e interoperables va a facilitar también la integración de la gestión y el mantenimiento de activos con el resto de departamentos de la empresa. Dispondremos así de información única y precisa, actualizada en tiempo real, mejorando la calidad de los datos, su análisis con herramientas corporativas de business intelligence o Big Data, así como la toma de decisiones informadas.

En resumen, a la hora de abordar la transformación digital en la empresa, la inclusión del área de gestión y mantenimiento de activos va a tener efectos directos derivados de la implantación de tecnologías como el cloud computing o la movilidad, pero también un impacto global en la forma en que este área se relaciona con el resto de la organización y se integra en los procesos de información y toma de decisiones a todos los niveles.