En las empresas operadoras de redes de puntos de venta a menudo coexisten actividades de tipo industrial con la función principal que es la venta de los productos. En sectores del ámbito del retail como estaciones de servicio, restauración, hostelería o distribución, la venta de productos y servicios va emparejada con actividades “in situ” donde se manipulan mercancías y productos que requieren cierta complejidad de instalaciones, afectadas además por una densa y variopinta regulación administrativa en materias medioambientales y de seguridad, higiene y salud.

Ingeniería Integrada en Resultados como concepto abarca tanto los procesos técnicos de generación de activos como su gestión durante la explotación de los negocios para los que han sido definidos. El tratamiento es tridimensional basado en la interrelación de calidad y resultados objetivo con la búsqueda de eficiencia continuada. La eficiencia, medida a través de esa perspectiva de ingeniería, trata los recursos humanos y procesos que intervienen al operar con dichos activos, buscando reducir costes de calidad y optimizar decisiones de inversión futuras, es decir, la mejora de los resultados. De este modo sintetizamos una forma de hacer ingeniería con la intención de aportar un valor estratégico en los sectores donde actuamos.

Gestión del riesgo comercial

Muchas de las instalaciones y equipos que funcionan en los puntos de venta, si se paran por una avería, pueden suponer un importante riesgo comercial al dejar de suministrar productos, los cuales, según su tipología, aparte de ocasionar la pérdida de la venta, pueden hacer que el cliente se vaya a otro punto de venta con el riesgo de perderlo en el futuro. También se puede perder la venta y al cliente no por fallo en el suministro de productos, si no en otros factores de calidad, por ejemplo, el fallo de la instalación de aire acondicionado en un día caluroso.

Sin entrar en la complejidad del marketing de la distribución comercial, uno de los sectores más duros competitivamente hablado, donde la rentabilidad se consigue por volúmenes de venta y rotación, la indisponibilidad es un factor que erosiona la cuenta de explotación mucho más que en otras actividades industriales y además va directamente a la contra de las políticas de fidelización de clientes, tan importante en este tipo de negocios. Es por ello que el mantenimiento se puede convertir en una herramienta de alto valor estratégico.

Para conseguir una gestión avanzada de mantenimiento, y buscando minimizar el riesgo comercial, se debe partir de una segmentación estratégica de activos basada en los siguientes puntos:

  • Estructura jerárquica, funcional y por contenido que permita la fácil localización de cada elemento por su naturaleza y situación geográfica.
  • Un “Catálogo Funcional” genérico que organice los activos propios de cada sector, segmentados en cuatro niveles estratégicos: instalaciones, elementos, componentes y piezas.
  • Codificación unívoca de todos los dispositivos catalogados para su total identificación y trazabilidad.

Esta segmentación permite el control y seguimiento pormenorizado de los activos del punto de venta en cuanto a su relación coste – calidad del mantenimiento y relacionar la disponibilidad a las necesidades reales.

Valoración del lucro cesante

Es además imprescindible contar con un sistema de gestión de activos capaz de valorar el lucro cesante por falta de disponibilidad de equipos e instalaciones que atiende a costes de oportunidad, estimándolos ligados a las pérdidas de ingresos. Los factores básicos que determinarán la composición de dichos costes (fijos o variables) son estadísticas comerciales en los puntos de venta, estacionalidad, tendencias, etc.

Los costes en los que se incurrirá debido al riesgo de lucro cesante corresponden a los tres siguientes conceptos:

  • Paradas programadas en actuaciones y procedimientos preventivos (coste fijo)
  • Paradas no programadas por fallos dando lugar a actuaciones correctivas (coste variable)
  • Sanciones administrativas por incumplimiento de normativas (coste variable)

Es importante analizar aquellas políticas de mantenimiento óptimas en cada instalación, utilizando una inteligente combinación de medidas preventivas y correctivas. Si el riesgo de lucro cesante es alto dará lugar a medidas de tipo preventivo, mientras que si el riesgo es bajo, se tenderá a medidas correctivas.

Medidas preventivas

Respecto a las medidas preventivas, se realizará una planificación de las tareas periódicas que reducirán los riesgos de fallo o deterioro en piezas clave, se programarán las pruebas y revisiones por obligación legislativa, se sistematizarán las operaciones por criterios logísticos y de reducción de costes, se realizarán tareas de mantenimiento subordinadas a la calidad, momentos de operación y vida útil y se utilizarán los medios y tecnologías de diagnóstico existentes para prevenir futuras incidencias.

Los costes asociados con este tipo de medidas son principalmente costes fijos: piezas y consumibles, mano de obra y desplazamiento.

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