Si trabajas en el ámbito de la gestión y el mantenimiento de activos empresariales, probablemente hayas usado o al menos hayas oído los términos CMMS y EAM. A menudo se utilizan de forma indistinta y tienen, principalmente, los mismos fines: mantener y controlar los activos de la empresa. Sin embargo, hay importantes diferencias entre CMMS y EAM que quizás no sabes y necesitarías conocer.

CMMS: Software de Gestión de Mantenimiento Informatizado

CMMS son las siglas de Computerized Maintenance Management Software, que significa Software de gestión de mantenimiento informatizado. En español se suele utilizar frecuentemente el término traducido GMAO (Gestión de Mantenimiento Asistida por Ordenador).

CMMS, es un concepto más antiguo que EAM. Los primeros CMMS entraron en juego en los 80s con el objetivo de reemplazar los sistemas de mantenimiento manuales y ponían su foco en la gestión de órdenes de trabajo, la gestión de inventarios, la planificación del mantenimiento y el histórico de los activos.

Los sistemas CMMS / GMAO entran en juego cuando se crea o adquiere el activo, y se enfoca en el control de operaciones, el mantenimiento preventivo, inventario, informes, etc. El foco del CMMS está, por tanto, en el mantenimiento, ayudando a desarrollar y automatizar los distintos procesos en este área y gestionando las comunicaciones en las actividades relacionadas con el mantenimiento.

CMMS se centra en la parte operativa de la actividad del día a día, las relaciones con las instalaciones y entre los distintos actores que intervienen en el mantenimiento.

EAM: Gestión de Activos Empresariales

EAM son las siglas de Enterprise Asset Management, que significa Gestión de Activos Empresariales, y surgieron en los 90s como una evolución natural de los CMMS hacía un modelo de gestión global, no limitada a un único departamento. De este modo, los sistemas EAM incluyen tradicionalmente todo lo que incluyen los CMMS, pero añaden funcionalidades adicionales como sistemas de análisis causa raíz, mantenimientos predictivos, análisis del ciclo de vida del activo o de los costes financieros.

Con EAM los gestores tienen una visión más amplia del ciclo de vida del activo y su relación con las operaciones, y pueden incluir en sus análisis cuestiones financieras, como fechas de arrendamiento, depreciación, costes de reparación frente a costes de sustitución, cálculo del coste de propiedad de los activos, etc.

En resumen, el objetivo de un EAM es gestionar los activos a lo largo de su ciclo de vida para maximizar su potencial de uso en la estrategia empresarial. Esta relación con el ciclo de vida del activo hace que a veces también se conozcan como LCMS (Life Cycle Management System, o Sistema de Gestión del Ciclo de Vida).

Diferencias entre CMMS y EAM

En resumen, y simplificando, puede considerarse que un EAM es un CMMS que incluye más funciones, especialmente de gestión en el ciclo de vida del activo. CMMS incluye un control del inventario y los materiales y sirve para tener una previsión de gastos de mantenimiento. EAM hace todo esto, pero además añade planificación de activos, o sea, considera el ciclo de vida del activo, las veces que hay que repararlo o hacer otro mantenimiento, etc. Además, considera los flujos de trabajo de un activo de principio a fin, no sólo tiene en cuenta el mantenimiento.

Esto es así a priori, porque los software CMMS cada vez han ido añadiendo más funciones. Ahora, cualquier software de CMMS considera parte o todo lo que considera también un software EAM, haciendo que ambos conceptos se asemejen y, a veces, sean indistinguibles.

¿Qué es Retain, EAM o CMMS?

Retain es una solución completa EAM para la Gestión Estratégica de Activos Empresariales, que incluye todas las funcionalidades que necesita un CMMS (GMAO), pero que aporta potentes herramientas de análisis y gestión en el ciclo de vida que dan respuesta a las necesidades más exigentes.

En todo caso, a la hora de elegir un software CMMS o EAM lo que debes plantearte es qué necesitas, qué quieres resolver, qué activos vas a controlar o si el software va a adaptarse a tus necesidades. Esto es mucho más importante que la etiqueta que le pongamos al software que estás analizando.

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